Qué ver en Niza

La Promenade des Anglais o "el malecón", es una avenida que bordea la costa de la Bahía de los Ángeles en la ciudad de Niza, es el epicentro de la ciudad.

Siempre llena de flores, ofrece vistas espectaculares de las playas y paseando o sentado en alguna de sus tan fotografiadas hileras de sillas azules podrás disfrutar de espectaculares atardeceres.

La Promenade tiene una longitud de siete kilómetros, va desde el aeropuerto hasta la punta del castillo en el este de la ciudad y a lo largo de su recorrido encontrarás algunos monumentos que dan fama a este lugar, como el Hotel Negresco o el Pálais de la Méditerranée.

El Monasterio de Cimiez es un monasterio franciscano compuesto por una hermosa iglesia, un claustro y un museo. Está ubicado al noroeste de Niza en la colina del mismo nombre.

Los jardines del Monasterio de Cimiez son un oasis de paz, llenos de flores y colores que perfuman el ambiente y además gracias a su posición elevada ofrecen unas vistas espectaculares de todo Niza.

La colina de las Arenas de Cimiez también ofrece ola posibilidad de ver los restos del antiguo anfiteatro romano del siglo II.

La catedral de San Nicolás es una iglesia ortodoxa rusa, situada en el bulevar Tzarévitch en Niza.

Esta catedral es el mayor templo ortodoxo de Europa situado fuera de Rusia y es una de las iglesias más bonitas de la ciudad. El templo se inauguró en 1912 y fue construido en memoria del príncipe Nikolai que murió en Niza en 1865.

La catedral de San Nicolás contrasta con el entorno y da un toque exótico a la ciudad de Niza. Su arquitectura es de marcado estilo bizantino y está inspirada en la Catedral de San Basilio de Moscú. La cúpula y las seis cruces que coronan la catedral están cubiertas de oropel y la mayor parte del edificio es de mármol blanco.

El interior tiene forma de cruz griega y alberga una extraordinaria decoración de frescos, artesonados e iconos realzados con orfebrería. En el sótano de la catedral está situado el Museo de la Colonia Rusa de la ciudad.

El Hotel Negresco situado en la Promenade des Anglais, en Niza, fue construido en el año 1912 por el creador de Moulin Rouge para el hotelero Henri Negresco y desde entonces ha sido uno de los hoteles más frecuentados por miembros de la realeza, millonarios, escritores y artistas.

Jeanne Augier heredó el hotel de su padre y gracias a su gran afición por el arte en todas sus habitaciones, suites, pasillos y salones el Hotel Negresco está decorado con magníficas obras de arte que abarcan cinco siglos de historia francesa.