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Nikkō
Parque Nacional de Nikkō


Parque Nacional de Nikkō
El Parque Nacional de Nikkō es una joya natural que combina paisajes impresionantes, historia profunda y espiritualidad. Fundado en 1934, este parque fue creado para preservar la rica biodiversidad de la región y su herencia cultural única, incluidas estructuras como los santuarios y templos que son Patrimonio de la Humanidad. A lo largo de los años, se ha convertido en un refugio para quienes buscan conectarse con la naturaleza y explorar la historia japonesa.
Este parque alberga maravillas como el Lago Chūzenji, formado hace más de 20,000 años por una erupción volcánica del Monte Nantai. Este lago ha sido un destino predilecto desde el periodo Meiji, cuando diplomáticos y aristócratas construyeron residencias de verano en sus alrededores.
Otro de los tesoros del parque Nacional de Nikkō son las cascadas Kegon, uno de los destinos más espectaculares de Japón por sus colores otoñales. Tienen una impresionante caída de 97 metros de altura. Así como, las aguas termales de Yumoto Onsen, conocidas por sus propiedades curativas.
Entre las curiosidades, destaca que el parque es hogar de especies únicas como los macacos japoneses y los osos negros asiáticos. Además, el nombre "Nikkō" significa "luz del sol", un reflejo de la importancia espiritual de la región. Recorrer sus senderos es una experiencia que combina belleza natural y un profundo legado cultural.

Meseta Senjōgahara
La Meseta Senjōgahara, situada en el corazón del Parque Nacional de Nikkō, es un lugar que destaca por su belleza natural y su singular ecosistema. Esta vasta extensión de humedales y praderas cubre aproximadamente 400 hectáreas y se formó hace miles de años como resultado de la actividad volcánica del Monte Nantai. Hoy en día, es uno de los destinos más visitados por senderistas y amantes de la naturaleza.
La historia de este lugar está impregnada de leyendas. Una de las más conocidas relata que la meseta fue escenario de una batalla mítica entre Jinja Daishō, el dios de la montaña, y un dios del río que disputaban el control de la región. Este pasado mitológico agrega un toque místico a la experiencia de caminar por sus senderos, especialmente al amanecer, cuando la neblina cubre la meseta y crea una atmósfera mágica.
La Meseta Senjōgahara también es hogar de una biodiversidad única, con más de 350 especies de plantas y una variedad de aves migratorias. Los visitantes pueden disfrutar de un paseo por su sendero elevado de madera, que ofrece vistas espectaculares de las montañas circundantes y permite explorar el ecosistema sin dañarlo. Las vistas de los montes Nantai y Akanagi son especialmente espectaculares al amanecer o al atardecer.
Es un lugar perfecto para desconectar y conectarse con la naturaleza en su estado más puro.

Excursión a Nikko
11horas · Español 8.3 / 22 opiniones
En esta excursión a Nikko desde Tokio visitaremos sus principales tesoros, entre los que destacan el Templo Toshogu, la cascada de Kegon y el lago Chuzenji. ¡Será una ruta de lo más completa!

Santuario Nikkō Tōshō-gū
El Santuario Nikkō Tōshō-gū es uno de los lugares más emblemáticos de Japón, dedicado a la memoria de Tokugawa Ieyasu, el fundador del shogunato Tokugawa que gobernó Japón durante más de 250 años. Construido en 1617 por su nieto Tokugawa Iemitsu, el santuario no es solo un lugar de veneración y un símbolo político de una era dorada en la historia japonesa; sino también, una obra maestra arquitectónica que combina arte y espiritualidad.
El santuario destaca por su decoración exuberante, con miles de tallados de madera dorada y policromada, que rompen con la estética minimalista típica de los templos japoneses. Entre sus características más famosas están el Yomeimon, conocido como la "puerta de la luz del sol", decorado con más de 500 esculturas. También es muy conocido el grabado de los tres monos sabios, que representan el proverbio "no ver el mal, no oír el mal, no hablar del mal".
Además de su belleza, el santuario está lleno de simbolismo. Dentro de sus terrenos se encuentra el mausoleo de Tokugawa Ieyasu, considerado un lugar sagrado. En la ceremonia anual Shunki Reitaisai, se recrean procesiones samuráis que conmemoran su legado.
Una curiosidad interesante es la existencia de una escultura de un gato durmiendo, llamada Nemuri-neko, que simboliza la paz y la tranquilidad durante el gobierno Tokugawa. Además, el santuario está rodeado de majestuosos cedros milenarios, que refuerzan la sensación de solemnidad y conexión con la naturaleza.
Visitar este lugar no solo es una oportunidad para explorar la historia japonesa, sino también para experimentar la fusión de arte, religión y poder que marcó una era crucial en el desarrollo del país.

Mausoleo Taiyū-in
El Mausoleo Taiyū-in, situado en la ciudad de Nikkō, es un lugar de gran importancia histórica y espiritual. Este mausoleo fue construido en 1653 como el lugar de descanso de Tokugawa Iemitsu, el tercer shogun del poderoso clan Tokugawa. Iemitsu jugó un papel crucial en consolidar el sistema de gobierno Tokugawa durante el periodo Edo, y su mausoleo fue diseñado para reflejar su profundo respeto por su abuelo, Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato. Por ello, mientras que el Santuario Tōshō-gū es extravagante, Taiyū-in adopta un estilo más contenido pero igualmente majestuoso.
El complejo combina elementos de la arquitectura budista y sintoísta, mostrando una armonía única entre estas tradiciones espirituales. Destacan las elaboradas puertas talladas, las lámparas de bronce y los vivos colores que adornan sus estructuras. Uno de los detalles más interesantes es la Puerta Nitenmon, decorada con intrincadas esculturas de dioses guardianes, y el Salón de Oración Haiden, decorado con detallados grabados y pinturas que simbolizan la armonía entre lo terrenal y lo divino. También es notable la Puerta Yasha-mon, conocida por sus esculturas de seres míticos.
Rodeado de antiguos cedros japoneses, el mausoleo ofrece una atmósfera de serenidad y contemplación. Caminar por el sendero que conecta los distintos edificios del complejo, bajo la sombra de los árboles centenarios, permite disfrutar de un ambiente que transporta al Japón feudal. Es un lugar que no solo rinde homenaje a un shogun influyente, sino que también ofrece una experiencia única en conexión con la historia y la espiritualidad de Japón.